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FAO estima que alza de precios de los alimentos podrían frenarse en las próximas semanas en Chile

El representante regional del organismo, Mario Lubetkin, ve posible una eventual baja en algunos productos. El cuadro internacional sigue siendo el foco de preocupación.

Por: Amanda Santillán | Publicado: Martes 20 de septiembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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Un punto de inflexión podrían enfrentar los precios de los alimentos en el país en las próximas semanas, de acuerdo al representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin.

E, incluso, la eventual detención de las alzas podría dar paso a descensos. Pero la gran duda es el mercado internacional, considerando -como lo dice el experto- que Chile es “importador neto de cereales”, como trigo y maíz.

Si bien el índice de precios de alimentos de la FAO tuvo cinco meses a la baja, ha subido 64 puntos entre mayo de 2020 y marzo de 2022.

De hecho, a partir de lo que reflejan los datos de la FAO, hay una mayor probabilidad de que los precios internos varíen de forma más directa en función de los externos cuando hay aumentos y no cuando van a la baja.

En agosto el índice de precios de alimentos que elabora el organismo completó cinco meses de baja consecutiva, aunque todavía está 7,9% por encima de su valor de hace un año.

Al mismo tiempo, Chile tuvo una inflación interanual de 14,1% durante el mismo mes -su nivel más alto desde 1992-, principalmente incidido por la división de bebidas no alcohólicas y alimentos, que registró una variación anual de 17,7%. Al mismo tiempo, de mes a mes, se registraron incrementos del 3,9% en carnes y de 2,5% en pan y cereales.

A pesar de que los datos en general apuntan a que se debería dar una baja en los valores dado el comportamiento internacional, Lubetkin advierte que “hay otros factores que están jugando que no es solamente los números duros”, aunque reconoce que no tiene bases para determinar que sea por un escenario especulativo.

“Está claro de que nuestros números no habilitarían esos elementos de crecimiento inflacionario donde los alimentos juegan un rol”, dice sobre la incidencia en la inflación, que en América Latina llega a ser de un promedio de 11%.

Tendencia a futuro

Si bien el índice de precios de alimentos de la FAO tuvo cinco meses a la baja, el indicador ha registrado aumentos de 64 puntos entre mayo de 2020 y marzo de 2022, siendo el último mes en el que marcó un máximo histórico de 156,3 puntos.

El experto explica que el inicio de la escalada comenzó en 2020, con comportamientos al alza de los precios del aceite vegetal y cereales, para después tener una mayor presión inflacionaria con la pandemia.

En este escenario, la invasión de Rusia a Ucrania ha causado una ruptura en la cadena productiva, con subidas en energía y fertilizantes, que las considera clave en la actual situación.

“Eso no solo impidió que la inflación regresara a niveles prepandémicos, sino que se aceleró significativamente en 2022”, explica Lubetkin.

Y aunque ha tenido un retroceso en el último periodo, todavía se mantiene en un nivel similar a los observados entre noviembre del 2021 y febrero 2022, previo al estallido del conflicto bélico, pero continúa en un nivel superior a los máximos de la década pasada.

Decidor, en el último reporte se señala que los precios de los cereales disminuyeron 1,4% en agosto, con respecto al mes anterior, principalmente incidido la mejora en las proyecciones de producción y las reanudaciones de envíos desde los puertos de Ucrania.

Sobre pronósticos a futuro de los precios de los cereales -considerando que la región de América Latina es importadora neto de trigo, maíz y aceites vegetales-, el representante de la FAO dice que depende del desarrollo de la guerra en Europa oriental.

“Hay que monitorearlo antes de poder decir de que se va a ir una dirección A o B, porque también depende de las tendencias en el escenario”, señala.

“No se puede decir que
este año hay desabastecimiento”

Pese a los problemas que han enfrentado las cadenas de suministro -y a la gravedad de la misma-, el representante regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, desestima una situación crítica. “No se puede decir que este año hay desabastecimiento, lo que hay es un aumento de precios”, asegura.
Para el próximo año, el experto dice “no está dicho que se mantengan” los aumentos en los valores de los alimentos. Sin embargo, advierte que sigue atento a los precios de los fertilizantes y que podrían ser un problema para 2023.
En América Latina -que importa el 85%- han duplicado su valor desde mediados del 2020 y en abril tocó su punto más alto a doce meses con un incremento de 141%, de acuerdo a cifras de la Cepal.
“El problema es cómo van a terminar los cultivos de los dos principales exportadores de fertilizantes -Rusia y Ucrania- a partir del escenario de guerra”, apunta.
El representante regional apunta a que se da una combinación de dos factores entre los citados países. El primero se relaciona con el mismo escenario de guerra, en el que se puede dar una migración de los productores, considerando que habrá tierras destruidas y dificultades económicas; mientras el segundo elemento se vincula con las dificultades para colocar los productos a nivel internacional.
“Eso es una combinación muy explosiva pensando en el año próximo, pensando en la dependencia que hay también en América Latina” de los fertilizantes, advierte el experto de la FAO.

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